ABS – Sistema de Frenado Anti-Bloqueo

“Detente sin derrapar, y mantén el control bajo cualquier circunstancia” es la premisa bajo la cual se ostenta el sistema ABS

El objetivo de este artículo es el de desmentir el principal paradigma entorno al ABS:

“El ABS se inventó para que los vehículos frenen mejor” FALSO

La principal función del ABS, aunque si mejora el desempeño del freno en pavimento mojado o con hielo, es la de mantener control mientras se reduce la velocidad. Y este SIEMPRE le dará prioridad al giro.

Primero lo primero

La idea detrás del ABS se reduce a la diferencia entre fricción cinética y fricción estática. Imagínate que tratas de empujar una caja pesada a lo largo de un pasillo, empujas con todas tus fuerzas hasta que finalmente se mueve, una vez que ya se movió la fuerza requerida para seguir moviéndola es mucho menor.

Esta es la diferencia entre fricción estática (fricción entre dos objetos que no se están moviendo) y fricción cinética (fricción de derrape). Obviamente lo que queremos mantener cuando manejamos es la primera, y no la segunda, esa es la función del ABS.

El truco es siempre mantener la llanta en contacto estático con el pavimento, “en control”. En el momento en que las fuerzas superan la capacidad del vehículo este empezará a deslizar y deslizando es más difícil detenerlo.

Control, Control, Control

Cuando los ingenieros desarrollan el coche, evidentemente están buscando que este se detenga lo más rápido posible, pero cuando es inminente que el vehículo no se detendrá a tiempo, necesitan de un sistema que les permita maniobrar, ya que si las llantas se “amarran” ya no hay fricción estática y por ende tampoco hay control.

Girar el volante con las llantas delanteras derrapando no generará ningún efecto en el vehículo, este simplemente seguirá derecho.

¿Cómo Funciona?

El ABS consta de cuatro sensores de velocidad, uno en cada llanta, cuatro válvulas hidráulicas, una bomba hidráulica y un controlador.

1. El controlador del ABS monitorea la velocidad de cada llanta, y si una comienza a desacelerase más rápido que las demás o a un ritmo que no podría corresponder al rango de desaceleración del coche.
2. Activará la válvula hidráulica que corresponda a ese freno para reducir presión, y permitir que la llanta comience a girar nuevamente, una vez que la velocidad sea consistente.
3. Empleará la bomba para introducir presión nuevamente y volver a frenar. Este proceso sucederá entre 15 y 30 veces por segundo. Así de eficiente es el sistema.

Lo que el ABS no es

El peor problema que tiene el ABS es el efecto placebo, hasta los conductores más osados, sin la practica adecuada, están sujetos a entrar en pánico durante una emergencia, la reacción normal del cuerpo es estirar los brazos y esperar el golpe. Y partiendo de la base de que la finalidad del ABS es mantener control sobre el vehículo y NO DETENERLO MÁS RÁPIDO, tenemos un problema -el control ya se perdió porque el conductor no sabe qué hacer, y piensa que el ABS es un dispositivo mágico que detendrá el coche antes de chocar.

En términos prácticos, el ABS NO es una licencia especial para poder conducir más rápido.

Cómo utilizar esta tecnología a nuestro favor

En la lógica de todo lo anterior, un buen conductor, tiene que entender la dinámica del ABS para utilizarlo a su favor; presuponiendo que el sistema siempre dará prioridad al giro sobre el freno, el conductor experimentado tiene la opción de decidir conscientemente sobre que necesita más, si reducir la velocidad o girar el vehículo.

De acuerdo a esta grafica podemos ver como el ABS calcula el máximo de fricción, y permite que el freno actúe al límite para siempre estar dentro de la capacidad de fricción del vehículo, incrementar el giro ocasionaría que el ABS permita menos potencia de frenado, y a su vez reducir el giro permitiría que el ABS diera mayor capacidad al freno.

Es tan simple como saber cuál es tu prioridad, ¿frenar o girar? Pero esto solo se logra a través de experimentarlo, y hacerlo un reflejo automático del cuerpo, una memoria biomecánica.