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Qué define a un buen Instructor
Más Allá de las Habilidades Individuales
Tradicionalmente, se ha asumido que los mejores atletas son naturalmente los mejores candidatos para ser instructores, o que los soldados son los mejores estrategas en la guerra, pero ¿es esta suposición siempre correcta? El libro "The Talent Code: Greatness Isn't Born. It's Grown. Here's How" de Daniel Coyle arroja la duda sobre esta cuestión, desafiando la noción de que la habilidad como deportista garantiza la habilidad como entrenador. Este artículo explora esta paradoja y examina por qué ser un experto deportista no siempre se traduce en ser el mejor instructor en ese deporte.
1.- Más Allá de la Destreza Técnica: Entendiendo el Proceso de Enseñanza
Ser un buen instructor implica comprender que la enseñanza va más allá de exhibir habilidades técnicas excepcionales. La destreza individual es crucial, pero la habilidad de desentrañar y comunicar el proceso de aprendizaje es lo que distingue a los grandes instructores. Así como un chef no solo sigue recetas, sino que comprende los principios de la cocina, un buen instructor no solo enseña movimientos, sino que explora los por qué y cómo se respalda
2.- El Enfoque en el Proceso de Enseñanza-Aprendizaje:
Una lección clave del libro es la importancia de entender y respetar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Mientras que los atletas pueden haber desarrollado habilidades a través de años de práctica, enseñar es un proceso diferente que requiere un enfoque más consciente y estructurado. Los instructores efectivos pueden descomponer las habilidades en componentes más simples, proporcionar retroalimentación constructiva y guiar a los estudiantes a través de las etapas de aprendizaje efectiva.
3.- La falacia del conocimiento implícito:
Un punto central que Coyle plantea es la diferencia entre el conocimiento implícito y el explícito. Mientras que los atletas talentosos pueden tener un conocimiento implícito profundo sobre cómo ejecutar ciertas habilidades, transmitir este conocimiento de manera efectiva a otros puede ser un desafío. Muchas veces, los expertos deportistas realizan movimientos de forma intuitiva, sin poder explicarlos completamente. Esto puede dificultar la capacidad de un instructor para descomponer las habilidades en pasos más simples y comprensibles para los principiantes.
4.- El Poder de la Estadística y la Ciencia: Convenciendo a Través de la Evidencia
A menudo, las personas pueden ser escépticas ante nuevas ideas o enfoques. Aquí entra en juego el poder de la estadística y la ciencia. Un buen instructor respalda su enseñanza con datos concretos, proporcionando evidencia tangible de la eficacia de las técnicas propuestas. Esto no solo agrega credibilidad, sino que también convierte lo abstracto en algo más palpable y convincente.
En conclusión, ser un buen instructor va más allá de las habilidades individuales. La comprensión profunda del proceso y sobre todo la mielina, una sustancia neural que, según los científicos, podría ser la clave del rendimiento excepcional, desde los genios del arte como Miguel Angel hasta los íconos deportivos como Michael Jordan. La mielina, que se forma a través de la práctica y la repetición, ofrece la promesa de un potencial de desarrollo ilimitado. Sin olvidar que hay que respaldar la enseñanza con estadísticas y ciencia son fundamentales. Usualmente el mejor practicante no es el mejor instructor, sino aquel que entiende y comunica el proceso de aprendizaje y que se convierte en un guía valioso.
Conclusión
Ser un buen instructor implica no solo transmitir conocimientos, sino también construir un puente entre las habilidades suaves y duras junto con la comprensión profunda del proceso, llevando a los estudiantes hacia un aprendizaje significativo y sostenible.
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Comments (3)
Ojalá y los organismos y asociaciones certificadoras, entendieran un poco de lo que representa transmitir un conocimiento, por desgracia hay mucho fantoche creyéndose instructor sin el conocimiento elemental del ser humano, muchas gracias por este conocimiento 🙏🏻
Considero que es un punto a considerar y exigir a los centros evaluadores SEP-CONOCER. Por que la certificación como impartidores de curso y diseñadores del mismo necesitan un poco más de exigencia.
Tienes mucha razón, y creo que eso le resta valor a las certificaciones que otorga el conocer.